Manuel Clerigué
Estoy totalmente de acuerdo con la ley antitabaco. Antes, cuando ibas a los bares, había gente fumando, lo cual perjudicaba la salud del resto de personas que estaban allí, además, su ropa luego olía fatal.
Creo necesario concienciar al colectivo de fumadores del mal que se están haciendo a sí mismos y pedirles que sean más benévolos, y piensen que están dañando a los que se encuentran a su alrededor, a la par que contaminan el medioambiente.
También veo conveniente ser comprensivo con estas personas y ayudarles a dejar el hábito del tabaco, con tratamiento y medicamentos gratuitos, porque, hoy en día, son muy caros.
Esta ley es necesaria para que deje de haber tantos fumadores activos y pasivos, podamos ir a un local cerrado sin miedo a que nuestra ropa se impregne de ese desagradable olor.
Piénsalo bien, porque una persona fume ¿Deberán fastidiarse los que se encuentran cerca? Además ¿Qué pasaría con quienes no fuman? ¿Tendrían que dejar de ir a sitios públicos por culpa de los fumadores? ¡No lo veo justo!
Otro de los motivos por los que estoy a favor de esta ley, es por la exposición constante e injusta que sufren los empleados de los locales públicos al humo del tabaco.
Fumar es adictivo, entre otras cosas, porque contiene un gran número de sustancias, como la nicotina, para “engancharte” a ello. El humo que desprende contiene más de cuatro mil sustancias diferentes, entre ellas: plomo, nicotina, alquitrán, amoniaco, cianuro, butano… ¿Realmente sabes lo que fumas?
Reconozco el daño económico causado a los dueños de los negocios remodelados para cumplir la ley anterior, invirtiendo dinero en crear zonas de fumadores y otras para los no fumadores. Incluso soy transigente con sus protestas y enfados.
Me gustaría hacerles meditar sobre el dinero ahorrado al no volver a pintar las paredes de sus salones cada poco, porque ya no se pondrían de color amarillo por culpa del humo, sus empleados pedirán menos bajas, al no sufrir tantas enfermedades respiratorias y, sobre todo, los clientes serán capaces de apreciar mejor la calidad de sus platos, porque, al dejar de fumar, su sentido del olfato mejora y sus papilas gustativas, antes un poco atrofiadas, serán capaces de distinguir mejor los sabores.
Desearía saber si aquellos decididos a seguir fumando en locales cerrados, serán capaces de hacerlo con su hijo dentro, sabiendo que le están robando años de su vida y quizás provocándole una enfermedad futura acortando su existencia.
Según Rodrigo Córdoba, portavoz de la Comisión Nacional de Prevención del Tabaquismo (CNPT): “hay motivos de salud para prohibir fumar en ciertos lugares”.
La OMS advierte: “el tabaquismo puede matar a mil millones de personas en el siglo XXI” y ha lanzado una campaña con el lema: “mostremos la verdad: las advertencias con imágenes salvan vidas.”
Por todos los motivos anteriormente contados, creo necesaria esta ley, para enriquecer la salud colectiva, ahorrar dinero, mejorar nuestro aspecto físico e incluso conseguir que la gente disfrute mucho más de las cosas.