El milagro de la tía Gala
Escrito por Administrador Plataforma, jueves 21 de enero de 2010 , 17:26 hs , en Leyendas
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En Calzadilla  había una posada donde hospedaban a todos los arrieros de Benavente a Sanabria. La dueña era Antonia "la Repolla". Concertaban allí bodas, bautizos, cenas... en fin, eran una familia muy querida por todo el pueblo.

Un día la hija pequeña de la casa se fue a buscar agua a la fuente pero no volvió. Todos, preocupados, la empezaron a buscar. La noticia corrió de puerta en puerta y, a la mañana siguiente, todo el pueblo intentaba encontrarla, unos por los “los Lambederos”, otros por “la Urrieta la Majada”, otros por “Cande malluelo”, otros por la dehesa y, de camino, pasaron por la ermita de Olleros “la Agabanzal” a rezar para que apareciera la niña.

Cuando se celebró la misa en el pueblo, también se pedía por ella para que apareciera. Después de que acabó la misa, la abuela y las dos hermanas fueron hacia las eras donde el monte se avistaba. Avanzaron un poco más hasta la laguna y la abuela vio a una niña que bajaba por la cuesta de los robles, se frotó los ojos con el mandil pensando que eran alucinaciones, pero no, era su nieta Gala.

Corrieron a ver cómo estaba. Le preguntaron. Ella le dijo que bien, sonriendo. Tenía la cara lavada y el vestido limpio. La familia le preguntaba quién la había peinado.  Ella le respondió que una señora muy guapa. También había un señor con la barba blanca y un perro que le defendía.

Nunca pudieron saber dónde paso las noches Gala por más que le preguntaron.

Han pasado muchos años y ya nadie recuerda a la tía Gala.

 

Leyenda recogida por José Manuel Pazos Cavero

Lugar: Calzadilla de Tera



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