Patricia Ganado, 1.º C ESO, curso 2009-2010
Había una vez un chico llamado Kike al que le encantaba jugar al fútbol. Era alto, fuerte, también era el mejor jugando al fútbol en el colegio; también era muy listo, y después de clase sólo se le podía encontrar en el campo de fútbol dando toques y entrenando. Con él siempre estaba su entrenador y mejor amigo Nachete. Nachete era la caña, siempre animaba las cosas aunque no se pudiera animar más. Él también era alto pero más fuerte. Tenía todo tipo de amigos. Era muy listo.
Un día llegó una niña nueva. Ella empezó muy bien el instituto y se llamaba Lola. Era más lista y jugaba mejor al fútbol que Kike. Él no lo soportó y eso le afectó mucho en los estudios y en el fútbol. La razón de que le afectara era que si sacaba malas notas no le dejarían jugar al fútbol porque ese el pacto que Kike les había prometido a sus padres. Tenía que sacar más de un siete.
Kike estaba acostumbrado a dar toques todos los días y como dejó de hacerlo, el pie derecho se le enfrió y se le durmió el tendón.
Pasó un mes y medio. En ese mes Kike les demostró a sus padres que podía sacar buenas notas. Así por fin pudo jugar al fútbol. El único inconveniente era que, al dormirse su tendón, se le olvidó dar toques y patadas con el balón. Su amigo Nachete le ayudó. Así, cogió práctica.
Kike pensó que esto no iba a quedar así, así que pensó un buen rato hasta que se le ocurrió una idea. Un buen partido amistoso. Se lo comentó a Nachete y él estuvo de acuerdo. Fueron a decírselo a Lola y ella estuvo encantada.
Kike formó su equipo y estaba compuesto por: tres delanteros, Amapola, Kike y Óscar; tres medios, Bea, Tomasen y Juan Carlos; una portera, Natalia, y cuatro defensas, Vero, Yoly, Hernán y Juanjo. No nos olvidemos de nuestro entrenador, Nachete.
El gran día sería el cinco de julio a las siete y media de la tarde. El partido sería retransmitido por los deportes del telediario. Ukelele vs Mesopotamia (a Lola le gustaba la historia antigua).
Llegó el gran día y todos estaban muy entrenados. El árbitro se llamaba Jiménez y dio el pitido de saque. Sacó primero Ukelele. Esto estaba muy interesante. Los dos equipos eran muy buenos pero por desgracia sólo podía ganar uno o ninguno. El primero gol lo marcó el equipo de Kike. ¡Llevaban ventaja! Lo marcó Amapola. El segundo también fue de Ukelele, en el minuto 54, por Bea, de penalti. El siguiente por desgracia fue de Lola. Llegó el minuto 89 y marcó Pablo, compañero de Lola. Hubo tiempo de descuento pero no se marcó gol.
Quedaron empate y eso significaba que Ukelele y Mesopotamia eran igual de buenos. Lola y Kike fueron muy buenos amigos y juntaron sus equipos. Ganaron, junto con Nachete, de entrenador, las siguiente cinco temporadas porque ya se iban del instituto.
Y esta es la historia de cómo dos enemigos pasaron a ser muy buenos amigos.